En el transcurso del 2024 se produjeron importantes avances dirigidos a regular e institucionalizar las transiciones energéticas de los Estados Miembros de la Organización Latinoamericana de Energía (鶹ý) en América Latina y el Caribe.
En lo que respecta a la creación y fortalecimiento de marcos institucionales en algunos países se crearon subsecretarías, comités y otras instancias especializadas en materia de transición, otros adicionaron funciones y reasignaron facultades en el ámbito de comisiones o entidades preestablecidas, a efectos de incluir acciones vinculadas a las metas fijadas en sus lineamientos de transición energética. En este contexto también se aprobaron y reformularon políticas, planes, programas y hojas de ruta dirigidos a establecer y/o acelerar acciones, proyectos y actividades previstas en las estrategias de transición vigentes en la gran mayoría de los Estados Miembros de 鶹ý, para promover el uso de tecnologías y combustibles más limpios, alcanzar las metas establecidas en materia de Eficiencia Energética, posicionar al gas natural como combustible de transición, digitalizar el sector eléctrico, avanzar en la movilidad sustentable, la diversificación de la matriz de generación con energías renovables no convencionales y la introducción de tecnologías alternativas.
En relación a los avances regulatorios, en materia de electricidad, se destacan reformas legislativas y reglamentarias que introducen medidas dirigidas a: promover la competitividad de los servicios energéticos de las distribuidoras, incluyendo soluciones de digitalización; garantizar la incorporación de Sistemas de Almacenamiento de Energía con Baterías (SAEB) como complemento al cálculo de la potencia firme para el caso de las centrales de generación renovables, lo que implica mejoras en cuanto a la remuneración, y el establecimiento de incentivos para los que cuenten con más horas de capacidad.
En materia de movilidad sostenible se resalta la aprobación de disposiciones dirigidas a incrementar el uso de biocombustibles, otros combustibles de bajo carbono y formas alternativas de propulsión, y a determinar requisitos de sostenibilidad más estrictos para los vehículos nuevos, e introducir la medición de las emisiones de carbono “del pozo a la rueda”, considerando todo el ciclo de vida del vehículo. Asimismo, resulta relevante la aprobación de reglamentos para la Instalación y operación de la infraestructura de carga de la movilidad eléctrica.
En cuanto a los hidrocarburos, se destaca la aprobaron de instrumentos legislativos que resaltan las características del gas natural en cuanto a su menor emisión de gases de efecto invernadero, dirigidos a perfeccionar la regulación de las actividades de comercialización, almacenamiento, refinación, industrialización y transporte de gas natural.
Con relación a las fuentes renovables, la región continúa avanzando en la aprobación de instrumentos reglamentarios dirigidos a fomentar la generación de energía eléctrica a partir de fuentes no convencionales no-hidráulicas, la ampliación de beneficios e incentivos para la generación distribuida con énfasis en la micro y mini generación, la obligatoriedad de transición escalonada en la implementación de proyectos de energías limpias y renovables en los edificios públicos y en los servicios públicos de alumbrado, el incremento del porcentaje de etanol a ser mezclado con las gasolinas base, y el porcentaje de biodiésel a ser mezclado con el diésel, y la aprobación de programas y sellos de certificación de biocombustibles y biomasa sostenible.
Tatiana Castillo – Asesora Legal Organización Latinoamericana de Energía (鶹ý)